martes, 28 de julio de 2009

7.17 pm a tiempo.

Estaba en un asiento en el fondo de mi vida mirando todo el panorama,
todo era demasiado perfecto y todo tendía a caer donde debía.
Entonces me di cuenta que la política era una mierda,
que, definitivamente,
más me gusta vivir como un loco enamorado.


Habían caído en el lugar del que nunca se quisieron mudar, pero al que nunca hubieran pensado llegar así como llegaron y sin decir una palabra. Ellos no se conocieron sino hasta un temprano día y sin nada planeado-como de costumbre. Nunca se supo si fue el tiempo, sus padres, las malas compañías o solo porque así debió pasar lo que luego pasó, que llegaron al mismo lugar, al mismo tiempo, haciendo la misma cosa: una rara escultura ploma, que, tuvieron que aceptar, nunca tomó forma de nada.
Él era normalmente callado y siempre demasiado grande para tener la edad que tenía. Ella era diferente. Lucía suave y nunca paró de hablar desde antes y hasta quien sabe cuando parará. Él usaba la ropa que encontraba y nunca supo combinar los colores de nada, por eso vestía con todas las piezas del mismo tono o trataba de que nadie más lo viera. Ella tenía el pelo largo, él siempre corto. Ella era totalmente espontánea, ingenua y también sabía doblar la ropa de una manera tal que nunca más te la querías poner de vuelta para no desenvolver el extraño doblado que lo hacía ver todo tan armonioso. Él sabía reparar baños malogrados, escribía en revistas esporádicamente y fumaba desde que aprendió que lo hacía por sí mismo y no lo hacía desde que se dió cuenta que, así no lo hiciera cerca, dañaba los pulmones de ella y él deseaba seguir viviendo: instinto de supervivencia.
Se paseaban por las calles más extrañas y no les importaba perder el trabajo si un día amanecían con ganas de quedarse en la cama de nunca más nos separaremos, nunca, ¿en la cabeza de quién te irías?, yo nunca, y tú te perderás entre nosotros y luego no volveremos a salir nunca de aquí porque afuera hace frío y no conozco la cuidad, yo en ti nunca me perdería.
Él siempre había tenido miedo de dar el primer paso y sin embargo todo el tiempo lo había hecho desde que descubrió que había encontrado su lugar en el mundo dentro de un juego lleno de pelotas en un restaurant de comida rápida. Ella nunca quería avanzar si él no argumentaba al respecto y le daba excelentes razones, pero siempre lo llevaba de la mano.
Las manos. Sus manos debajo de una mesa de un colegio fue lo primero que él conoció de ella como el mapa perfecto por el que siempre quizo volver, incluso cuando las cosas no marchaban bien, se ponian color negro y se lastimaban mutuamente.
Y pese a todas las nuevas cosas, los nuevos vicios, las nuevas caras, los compromisos, el telescopio de sus vidas, sus viajes, sus lagrimas, sus descontrolados celos de los tiempos más amargos y picantes cuando parecía que no se conocían más y tenían que volver a empezar todo denuevo y saludarse como dos desconocidos, los besos que empezaban un día y luego se ausentaban por semanas, meses o años, pero que aprendieron a controlar y combinar hasta no poder parar nunca aunque sabían que lo más importante era amarrase en las noches y dormirse tranquilos. Pese a todo lo malo y todo lo bueno, llegó un momento de término, de fin...
y él, para volverla, volvió a sus tempranos 8s tímidos años donde abrir la boca frente a una niña era un pecado, y le dijo que olía rico.. ella sonrió, y después de todo el tiempo del mundo, y todas las cosas, y todos sus errores personales y compartidos, sus innumerables defectos de él y de ella, de los malos ratos y las inseguridades, abrió esos labios de punto que siempre ponía cada vez que comenzaba a renegar y le dijo..

Si, acepto.



'...nunca me daba el sí, pero cierto que, salvo esa formalidad,
en todo lo demás parecíamos enamorados. Nos cogíamos de las manos en las matinés,
...y, aunque no se pudiera decir que en la oscuridad de las plateas tiráramos plan,
como otras parejas más antiguas,
...me dejaba besarla en las mejillas, en el borde de las orejitas, en la esquina de la boca,
y, aveces, por un segundo,
juntaba sus labios con los míos y los apartaba con un mohín melodramático:
No, no, eso si que no, flaquito'

[Vargas Llosa-Travesuras de la niña mala]




lunes, 13 de julio de 2009

9.30 solitario

Subí a la cima del mundo del mientras tanto nostros decidimos por usted,
encontré varias fotos diferentes de mí y de todos,
brindé por la claridad de saberme tan arriba y los demás tan abajo
luego descansé como en el día número siete de toda esta vaina que me la ensartaron sin permiso.



Caminaba como a las 4 de la mañana por unas calles que nunca había visto en mi vida. Me encontraba en un estado etílico abombado y nada me quitó nunca las nauseas desde entonces. Los pasos se me hicieron pesados como si el mundo se me hubiera rodado por las piernas. Entonces empecé a desvestirme.

Encontraba en el ambiente un terrible calor que no podría explicar. Las luces parecían estrellas vistas de lejos y Lima de invierno nunca amanece tan temprano como queremos. Mi visión copió planos, que al superponerlos, me hicieron ver todo lo que nunca quise. Tenía unos pantalones que colgaban de los costados porque nadie me los planchó antes de salir de casa. Me arrugue los pliegues y seguí caminando. Se mojaron, aquí parece que todo el mundo te anda babeando el piso, las regaderas nunca fueron instaladas apropiadamente.

Definitivamente yo no deseaba saborear la vida de aquella manera. Vi a un hombre saliendo de su casa con un cartel en la entrepierna y me gritó que su mujer lo había dado de baja y que la guerra de Vietnam estaba llena de maricas. Me quité los zapatos. Nunca me habían echado de la cama y Viet-nam quedaba lejos como para irme a pie y con botines de cuero.

Luego, me encontré con unas pantis. Las piernas más largas. La descabezada que me habló como si todo en su vida fueran unas nylon rasgadas por el sudor de la noche. Ella me dijo que hace mucho la dejaron de tocar y necesitaba un buen baño con cariño. No la entendí. Me saqué los guantes y se los di. Su carencia de manos me estremeció de tal forma que supuse que los usaría como prótesis para darse amor ella solita en su imaginario inconsciente y pudiera armarse una historia de amor, vaya historia de amor, con quien sabe quién, pero ojalá, con alguien más buena gente.

Yo no quería quitarme los pantalones. Hacía frío, ya lo dije. Pero había un conejo. Era gris, mi pantalón era gris, y estaba sordo. Un payaso sordo y drogadicto que gritaba, pero parecía un conejo, o quizá si era un payaso fallado que un día salió de un sombrero sin querer. Pero estaba sordo ¿Qué puede hacer un conejo sordo? Le sangraba la cabeza y me dijo, cuando puso cara de hombre, que le diera más hierba y no hablara a sus espaldas. Me abrí la bragueta y deslicé mis pantalones por mis piernas pesadas. Metí su cabeza en el pantalón, le devolví la capacidad de oír, cogí un poco de tierra de uno de los baches de la pista del costado de por todas partes, y se lo di. Lo respiró como a una perra, entonces se volvió un roedor. Salió corriendo y les dijo a todos sus verdades. El pantalón se mimetizó con él y se fue volando, ya tenía otro propósito.

Así parecía todo, medio real, medio malo. Encontré un poste y su luz temblaba. Toda su parte de abajo estaba llena de carteles de música chicha y mensajes religiosos como todos los de por aquí. La luz que proyectaba era débil y opaca: si lima es ploma y opaca será el lugar más feo del mundo siempre. El poste estaba lleno de pegamento que le correaba por las piernas, era notoria su promiscuidad involuntaria y su desastrosa tristeza ¿pero para qué manosearlo más? Me quité el polo que llevaba puesto, era algo largo y delgado como para él. Me trepé en un árbol y lo vestí, la luz dejó de tambalear y parecía más erguido, le regalé dignidad a cambio de luz permanente. No lo logré. Apenas tocaron mis pies el suelo, su luz se apagó, pero así también estaba mejor Lima: gris y oscura, completamente de un solo lado de la moneda. Seguí caminando y cuando volteé a verlo, estaba ahí, con sus pantalones de retazos de todas las personas que lo tocaban diariamente, pero tenía un polo verde. Seguí mi ruta entre otros postes orgullosos de su pública obscenidad y cuando me volví al mío otra vez, ya no estaba. Había carteles volando y otros en el suelo. Extrañaba mi polo, pero él nunca iba a tener un ropero.

Luego me desperté en otro lado, pero antes de todo había estado bailando en una discoteca del cono norte. Sí señor, tomé más de la cuenta, no lo niego, y ya le narré porque me había quitado la ropa ¿Acaso usted no habría hecho lo mismo? ¿Que si me di cuenta con quienes había salido? Pues no, pero no vaya a creer que, claro, yo entiendo, ¿En un hotel?, pero si era un parque. Ya no se haga el desentendido señor oficial que no lo voy a coimear para que me deje salir de aquí ¿qué no estoy con orden de arresto? Entonces por qué carajo me tiene aquí. No entiendo señor. Pero como si yo… a desintoxicarme al hospital ¿violación? ¿drogas? no estoy con drogas imbeciles!, claro, hagan lo que tengan que hacer pero déjenme decirles que esto me parece una falta de respeto absoluta. Me tratan como un loco suelto en plaza, a mí nadie me drogó, solo tenía un poco de alcohol en la sangre y estaba en mi divino juicio cuando vi todo lo que vi. ¿Los moretones? Claro, si caminé por todas las calles de Lima y me tropecé muchas veces, ¿amenaza para la sociedad? ¿Alzhéimer? ¿Esquizofrenia? Óigame bien, en primer lugar ya me cansé de hablar con una sarta de animales y en segundo lugar, el arcoíris está a punto de aparecer atrás de ese grafiti y el té ya está servido en mi casa. Mañana tengo un vuelo de avión que tomar a Cajamarca, allí me espera mi familia para el bautizo de mi sobrina y debo conseguirme otros zapatos más cómodos. Sin embargo, y con todo el respeto del mundo, mucho gusto en conocerlo Sr. Cactus, si quiere le regalo mis medias para que las use como manoplas y no se hinque cuando lave los platos.




"Podría ser de utilidad mi pañuelo
dizfracé de ingenuidad mi anzuelo
algo para no dormir, idiota
si me das podrías pedir mi ropa"
[iluso]


jueves, 9 de julio de 2009

9.48 pm el codo mio


I share it all with you

Powder blue

Stumble through the crowds together

They're trying to ignore us. That's o.k.

I'm proud to be the one you hold when the shakes begin


[powder blue- Elbow]



- estiro

~contraigo-estiro-estiro

-estiro

~contraigo~contraigo

-est~contraigo ¬¬

~contriest-con~-estiro!

-estiro-----estirooo

~contraigo jum

-estiro jum

>contr<>estir<

>


cotraestiro: enfermedad crónica terriblemente contagiosa causada por la sobrepoblación mundial en ascenso. Se presenta especialmente en pacientes con tendencia a la izquierda extrema y adictos a los saludos policiales. No obstante, la derecha, que presentan estres post.traumático severo, debe ser precavida: la inflamación en los extremos de las extremidades por innecesarios apretones puede causar contusiones. Contraestiro es causada por la constante contracción y estiramiento del brazo humano, lo que causa irremediables daños en el mecanismo de articulación de las partes [normalmente llamada codo, políticamente, ONGs] . Puede ser tratado con tibios paños de agua con manzanilla, sin embargo, es preferible aislar al afectado de cualquier medio de comunicación que cause violencia interna, ganas de superación, posibilidades de ascenso, paradas militares, ocasiones de solidaridad que provoque extensos abrazos, baseball, peliculas románticas y ludopatía [caso extremo: vijile a sus ancianos y verá donde acaba la pensión]. Es importante que contraestiro no esté al alcance de los niños y no sea la primera herramienta de ataque que te ofrezcan cuando entre al ajetreo del estado. Los síntomas principales/antecedentes son: dolor agudo de ong; divorcio del hueso de arriba, que siempre será más gordo, con el hueso de abajo, que siempre estará partido; se encontrará frecuentemente entre mucha gente en dirección a la plaza dos de mayo; se encontrará frecuentemente con terno y sonriendole amablemente a todos; se encontrará frecuentemente atascado en un grupo paramilitar o la escuela pedro paulet; sufrira constantemente de llamadas telefónicas para cobrar dinero; sufrirá constantemente de llamadas telefónicas para negar el libre mercado.

Es por eso que le recomendamos tomar tamiflu, que al parecer sirve para todas las epidemias políticas. La única contraindicación deriva de la indirecta depositación de dólares al ex ministro de defensa de bush por la compra monopólica de dicha salvación de pandemias: en Puno todos se SIGUEN muriendo de frío.


"-ah?
-es que tu codo tiene puntitos
- vaya!"
[la avena y la sopa]

y siempre los tuvo.
y aún.