sábado, 18 de septiembre de 2010

11.34 pm un otro.

 Días y más,
cuantos más en el mismo sitio.
Pero es bueno pararle al tiempo un rato,
y ver que paja se ve el marco de la vantana
cuando al frente, se ven tus cortinas y pocas ropas.
¿un cigarro?
dale.


Habían pasado 4 años y medio, y recordaba. Tuve a un escritor, un músico, un negociante, un pintor, y a otro que nunca tomé en cuenta. Especialistas todos, anormales y normales, inconformes, y limpios y despeinados. Inconformes. Especialistas, otra vez.

Mis brazos se resbalaron por encima de todos y de todos obtuve algo más allá de sólo una caminata. Todos me compraron rosas. Todos me hicieron manualidades. Todos me hicieron bromas. Todos tenían sus vidas raras. A todos les costó dejarme. Y todos aún siguen conmigo, por aquí o de pasada.

El escritor me contó historias, les puso vídeos, me enseñó a tomar vodka, rayó un periódico con columnas sobre mí, me derribó a telefonasos y se dedicó a bañarse y a dejar de comer mentas. El músico siguió siendo músico, me tocó 768 canciones que entendí a medias, y me compuso 2 exactamente. Me enseñó a saborear el chocolate, a usar guantes en invierno, a no decir lisuras de la reconchasumadre, a vengarme de lo invengable. Usaba camisas y pantalones oscuros, amaba el invierno y yo, yo envidiaba a su ukelele.

El negociante usaba terno y corbata, tenía un bonito auto con los asientos reclinables que nunca nos sirvieron de nada. Nunca me gustó mucho, pero a veces usaba bernudas. Solía tomar cerveza y caminaba dando vueltas por todos lados cuando no me veía. Sus manos tocaron mis piernas y luego no tocaron nada más. Los besos se fueron rápido, la vida se hizo engorrosa, los patas se multiplicaron, y su corbata se fue por el desagüe. El pintor. El pintor hablaba extraño, parecía un dibujo de 'macanudo', usaba los pantalones apretados y tenía una carpa movible para dormir. Nunca tuvo chamba fija, ni casa, ni comida. El pintor nunca me pintó. Caminaba con pasos largos, con la sonrisa hechada, y me sostuvo toda hasta contenerme la respiración. Me encajó y me presentó a todo Lima, a todos los de una línea para arriba. Me enseñó que la imagen se trastoca, pero nada como dormir en una cama por la tarde.

Había otro, y al otro, nunca lo tomé en cuenta.

Habían pasado 4 años y medio y recordaba. Vivia sola, tenía trabajo, quería estudiar en la universidad de nuevo, algo que tuviera que ver con hacer origami, y aprender alemán en el instituto del frente. No sabía qué buscaba, porque al parecer lo había tenido todo, y había sido feliz quizá en todas las veces. Caminé a la esquina del semáforo, donde todos los días paraba el mismo micro. Me senté al costado de una persona que coleccionaba boletos de bus, leía mucho, y usaba chalina con polo de manga corta. Dibujaba como una nena en post-it y hacía garabatos en las hojas de sus libros. Los micros siempre habían sido un buen lugar, los rompemuelles tocaron su mano con la mia, me miró, le miré y me tomó como si fuera de toda la vida. No me habló, sólo sentí su piel tosca, sus dedos de chamba, la seguridad de un apretón y la música rara que salio de alguna parte de su camisa. No usaba zapatos.

Era un escritor, músico, pintor, nunca un negociante, pero tomaba chela a veces, un lector, un gasfitero, un carpintero, un intelectual, un atleta, un actor, un caminante, y también era otro, otro carajo. Pero un otro general. Un otro con una casa con gente, con 5 soles para caminar en el día, con todos los parques que yo podía tener, con todos los carros que se me pegaban la gana (él paraba el mejor taxi). Con flores no con rosas, con días, no promesas, con todo dificiles y señas, con 0 representaciones de quienes éramos, con sandwiches de quioscos y chocolate caliente. Un otro que usaba pijama rara, con días sin verle, con mi voz y su olor a antiguo, con sus bares y mi departamento. Era un otro general, un otro que me tomó de la mano, por fin y sólo de la mano, y puta...no me soltó pero nunca.

 "We made some plans, and let them go
Do you have the slightest idea? No, I don't
Why the world is bright with you here? Oh, is that so?"
(modern nature-sondre lerche)