Luego de recordar los malos ratos
los huecos de las pistas que ahora notaba,
y todas las sonrisas diarias mal hechas,
la desición fue tomada.
Luego,
la amnesia me invadió la vida para nunca más irse.
la amnesia me invadió la vida para nunca más irse.
Leyó una historia inconclusa y la escribió.
Estaba todo en silencio, era la muestra perfecta de desazón e incomodidad. No fue el mejor momento, ni el lugar, ni la hora y, sin embargo, nunca hubiera sido posible luego; ni adelantarlo hubiese valido la pena.
Dos personas se entrelazaron en el cuarto perdido de alguna parte, donde todo era más pequeño que ellos, donde nada podría ser mejor, donde nada podría nunca salir ni entrar. Solo valían despedidas luego, o quién sabe que otras palabras.
Había un temblor innecesario que cortaba el aire, el temor de adentro, la manía de no saber cuando va a empezar todo, o quién, de qué modo y cómo recibir el vuelco de emociones que se venían. Era el aislamiento perfecto. Propuestas, amenazas, retos. Hicieron como si nada pasara, cuando sabían perfectamente, como lector de tarjetas de crédito, todo lo que se iba a vivir en su pequeña cárcel de nunca se va a acabar.
Dos individuos se juntaron en la punta derecha superior de una cama de madera desconocida y ruidosa, arrastrándose todas sus historias, todos sus momentos, todos sus cambios, sus malas noches, sus nuevas vidas, su gracia, su color de pelo, sus maletines de trabajo, sus lujos de adultos, sus desamores tardíos, sus tristezas. Y yo...
Vi una historia..inconclusa y la escribí..
Se recordaron que el amor se hacía despacio y con música. Se aprendía, se buscaba, se probaba. Al amor se le encontraba un ritmo, una medida, una espontaneidad. Intriga.
Al amor se le agregaba desesperarción para luego morir sin miedo, para vivir y luego cerrar los ojos.
Nadie supo nunca si eran los dos una excusa para depurar pequeñas enfermedades de adentro, y se convertían poco a poco en cosas usables, para comprobarse, para sentirse vivos denuevo, para sentirse importantes y hacer silencios egoístas. Para quererse y amarrarse hata perder la respiración y nunca más tener hambre.
Se besaron y se tardaron en aprenderse y gustarse. Yo escuché una historia y la escribí. Se tomaron su tiempo, se bloqueraon, se hablaron mientras se buscaban, se respiraron, se tocaron hasta no saber cómo hacerlo más del malestar frenético de no querer parar nunca. Las miradas se cruzaron, se interrogaron, se resistieron a seguir y continuaron. Luego todo se hizo un nudo, el nudo de un corto peruano, de esos que se quedan quietos por un rato y luego continúan con la misma fuerza y se vuelcan sin pensar, y sin tratar de hacerlo.
Sus brazos se convirtieron en libros con miles de páginas para pasar con cariño, uno nuevo e indiferente, un poco tosco y directo. Un poco humano. Real. Pero nunca habrá una magia tan perfecta ni la ternura de verse tan ellos en el mundo de tantos otros. Estaban en un pedazo de tiempo detenido, en el recorrido de sus vidas, en el momento que nadie buscó nunca. Se encontraron inversos y cansados, menos desconocidos, pegados en el mismo espacio y con la misma ropa que ya no estaba más. Se amaron toda esa noche y terminaron en la embriagués perfecta de desenfreno que ninguno se creyó del todo. Se amaron, porque nadie era para ellos como ellos mismos en la mitad de una cama desordenada de últimas veces.
Las calles estaban vacías, los relojes marcaban las madrugadas con los gallos, los cuerpos se hacían desnudos solos, y se pintaban como en el óleo maltratado de un pintor desconocido. Era el cuadro perfecto de una historia pequeña, de varios días y pocas noches, la única noche de toda la vida.
Fue un juego y yo observé una historia...
y la escribí.
-ojalá pudiera quedarme contigo- terminó.
"si alguna vez me cruzas por la calle
regálame tu beso y no te aflijas
si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo, es que pasó una brisa
la brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino"
regálame tu beso y no te aflijas
si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo, es que pasó una brisa
la brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino"
[Fito Paez-Al lado del camino]